El concepto de acoso laboral surgió en la psicología como consecuencia de situaciones de estrés laboral que, por su duración y reiteración en el tiempo, así como su carácter degradante y hostil, ponían en peligro la dignidad e integridad personal del trabajador.
La doctrina y jurisprudencia también lo define como una conducta no deseada, que en el marco de una relación de trabajo tiene como objetivo o consecuencia atentar contra la dignidad de una persona y crear un entorno intimidatorio humillante u ofensivo para la misma, siendo una situación en la que una persona o grupo de personas ejercen una violencia psicológica extrema de forma sistemática durante un tiempo prolongado sobre otra persona en el lugar de trabajo.
Los conflictos en el lugar de trabajo no son nada nuevo y el impacto en los trabajadores que sufren acoso laboral, así como en el propio negocio, pueden llegar a ser muy graves.
Las situaciones de acoso laboral son muy variadas, pero no todo es acoso laboral. Para que exista acoso laboral, la conducta o “abuso” debe ser sistemática, repetitiva y reiterada y que con ella se ponga en peligro o degraden las condiciones de trabajo o los derechos fundamentales del trabajador.
Tipos de acoso laboral
Puede darse varios tipos de acoso laboral:
- Acoso laboral vertical: cuando las conductas son propiciadas por quienes ocupan una posición superior en el organigrama empresarial.
- Acoso laboral horizontal: cuando se produce entre compañeros que se encuentran a un mismo nivel jerárquico.
Y también puede darse distintas formas de “ejercerlo”:
Agresión verbal: cuando el trabajador es objeto de insultos, comentarios sarcásticos, gritos, amenazas s o críticas permanentes. La agresión verbal puede incluir también el acoso sexual.
Obstaculización: cuando el trabajador descubre que sus sugerencias, proyectos e iniciativas están siendo ignoradas por sus compañeros de trabajo y supervisores. También se produce cuando no se le asignan tareas o las que se le asignan no tienen ningún sentido para su categoría.
Exclusión: cuando el trabajador es excluido e incluso aislado en el lugar de trabajo. La exclusión puede ser, por ejemplo, cuando se deja a la víctima fuera de una cadena de correos electrónicos, no se le invita a reuniones importantes o negándose a socializar con el trabajador tanto dentro como fuera del lugar de trabajo. A veces, el blanco del acoso puede verse físicamente excluido en el lugar de trabajo al trasladar su puesto de trabajo a una zona alejada de los demás miembros del equipo.
Calumnias: cuando los superiores jerárquicos o compañeros de trabajo difunden “chismes” o rumores malintencionados destinados a humillar y socavar la moral de la víctima.
A veces, el rumor es pura calumnia, y otras, revela información personal sobre el trabajador que pueda resultar embarazosa y ataca su vida privada sin que tenga nada que ver con la competencia profesional ni el trabajo en sí. En casos extremos, estas campañas pueden extenderse tanto dentro como fuera del lugar de trabajo.
Agresión física: El mobbing a veces se convierte en agresión física/sexual. Si bien en el lugar de trabajo rara vez se da la agresión física o sexual porque los “acosadores” se enfrentarían a cargos penales.
¿Qué hacer si estás sufriendo mobbing o acoso laboral en tu trabajo?
Te recomendamos los siguientes pasos para hacer frente al acoso en el lugar de trabajo:
Haz que la dirección de la empresa o el departamento de recursos humanos sean conscientes de tu situación. En muchos casos, no es posible confrontar al perpetrador de frente. En cambio, tienes que hacer que las personas relevantes sean conscientes de lo que está pasando. Ya sea la dirección, RRHH, o el sindicato, podrán y deberán adoptar medidas para resolver el problema.
Guarda cualquier evidencia. Reunir un registro de la fecha, hora, lugar, detalles y nombres de cualquier testigo de cualquier acoso podría ser imprescindible si alguien te pide que demuestres tus afirmaciones.
Encuentra a alguien con quien hablar. El acoso es algo estresante. No deberías tener que experimentarlo solo. Tener a alguien en quien confíes para hablar te ayudará a minimizar el impacto que tiene en tu vida y tu salud.
Presenta una queja oficial. Si sientes que tu problema no ha sido tomado en serio por aquellos a los que informaste en el trabajo, y el acoso no ha cesado, puedes presentar una queja formal. Si en la empresa o Convenio colectivo se establece un protocolo específico, actívalo.
Y, si la conducta de hostigamiento persiste, no olvides que el artículo 50 del Estatuto de los Trabajadores contempla el acoso laboral como causa justa para que el trabajador pueda solicitar la extinción indemnizada de su contrato de trabajo.
