Para adquirir los bienes y derechos que componen la herencia del difunto, en primer lugar, debe ser aceptada. Una vez ha fallecido el causante, debemos obtener el certificado de defunción, para acreditar esta contingencia que genera el derecho a heredar. Los certificados de defunción los expiden los Registros Civiles de forma gratuita y a cualquier interesado, hay que tener en cuenta que nos debemos dirigir al Registro civil de la población donde murió.
El segundo paso y teniendo en nuestro haber el certificado de defunción es dirigirnos al Registro General de Actos de Última Voluntad del Ministerio de Justicia y solicitar el certificado de últimas voluntades. Dicho Organismo nos certificará si el causante otorgó o no testamento y, en su caso, en qué Notario podemos obtener la copia autorizada del mismo. También es conveniente solicitar ante el mismo organismo la certificación relativa a los seguros de vida que pudiera tener contratados el causante.
¿Cómo se acepta la herencia?
Si el causante otorgó testamento habrá que estaral contenido del mismo así como a la valoración del posible patrimonio hereditario para ver si conviene aceptar la herencia o renunciar a la misma.
Si no otorgó testamento, se deberealizar lo que se denomina declaración de herederos ante Notario.
El Código Civil prevé que la aceptación puede ser expresa (en documento público o privado) o tácita (por actos que suponen la voluntad de aceptarla), mientras que la repudiación debe ser en todo caso una declaración expresa y formal de rechazo de la herencia y debe realizarse ante Notario.
En relación a la aceptación notarial conviene reparar especialmente en las atribuciones en esta materia que la ley les otorga a los Notarios, pues requiriendo a los demás herederos por la vía notarial se puede tener por aceptada la herencia o no (dependiendo del derecho foral) sin necesidad de acudir a largos y costosos pleitos.
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